Amiga mía, tu amistad me ha hecho ver las cosas de otro modo. Ahora sé quién soy y qué lugar ocupo en este mundo.
Gracias a tu amistad, he recobrado la cordura y entiendo lo que valgo. Gracias, amiga mía.
Una amiga como tú es una ráfaga de aire estival en cualquier época del año.
Amiga, quiero decirte que tu amistad ha sido el eje que mi vida estaba necesitando. Gracias por aparecer y por quedarte ahí.
Tu amistad es la confirmación que estás tan loca como yo; nadie podría quedarse a mi lado tanto tiempo si no comparte esta dulce locura por la vida, amiga del alma.
Amiga, nuestras almas se conocían desde otros tiempos, desde otros mundos y desde lo más profundo que una amistad pueda llegar a alcanzar.
Tener tu amistad me ha hecho recordar que es tan importante dar como recibir, por lo que quiero darte aunque sea una parte de todo lo que tú me has dado a mí, mi querida amiga.
Las amigas como tú merecen un tiempo más allá de todo apuro, de toda complicación y de toda otra responsabilidad. Tú eres realmente importante y por eso puedo postergar todo cuando me necesitas.
Amiga mía, gracias por enseñarme que la amistad es un asunto serio, pero que necesita de muchas risas para mantenerse en pie.
Eres la primera amiga a la que quiero sin sentir la obligación de crear una personalidad falsa para retenerte a mi lado. Gracias por ayudarme a ser auténtica.
Amiga, eres esa piedra preciosa que resplandece adondequiera que va y que forma parte de ese tesoro que todos necesitamos tener en nuestra vida.
Tu amistad me ha traído oxígeno y alivio a mi alma castigada. Gracias por haber estado siempre aquí, amiga querida.
Mi amiga, mi compañera, mi compinche, eres todo eso y mucho más, por eso tu amistad es aventura, pero también una seria reflexión acerca del rol que cumple la presencia del otro en nuestra existencia.
Has vuelto mi vida una bebida efervescente. ¡Gracias por haber transformado una carita triste en un emoticón lleno de felicidad! Todo eso has sido en mi vida, amiga.
Me has levantado cuando los demás ni se habían percatado de mi caída. Por eso hoy, más que una amiga, eres una luz en mi camino.
Me has enseñado que una amistad no se agradece, sino que se corresponde. Eso es lo que una verdadera amiga debe enseñar.
Amiga, eres una de las personas más especiales en mi vida. No podría vivir plenamente sin saber que tu voz estará siempre al otro lado de la línea.
Amiga, quiero recordarte que puedes contar conmigo para lo que necesites, en cualquier momento del día, de la noche… de la vida.
Te quiero tanto, amiga mía, que soy capaz de mover las montañas a tu alrededor, achicarlas y hacer para ti un jardín del edén en la Tierra para ti; igual a ese que tú has construido en mi corazón.
Eres mi mejor amiga, mi hermana, el motor de mi alma. Te quiero con todas mis fuerzas.
